En el diario ABC, en su sección foto-denuncia se puede ver una queja enviada por un lector de dicho periódico.
Dicho lector expresa su disconformidad con la ubicación de la estación de Sevici en la Plaza de Pilatos, junto con un contenedor de vidrio y otro de papel.
Según Federico, que así se llama el lector, "Hiere la vista de cualquiera que pase por allí con un mínimo sentido de estética"
Lo que de verdad me pregunto es, ¿qué es es más antiestético que una hilera de coches pasando día si y dia también cerca de la Plaza de Pilatos?
¿Y por qué no dice nada de la estrecha acera de la que disponen los peatones para pasar por la calle San Esteban? ¿Por qué preocuparse tanto de la ubicación de una estación de bicicletas y tan poco del excaso espacio del que disponen los peatones para pasar por la calle San Esteban y la calle Águilas?
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Resulta paradójico que, en nombre del respeto a la estética histórica, se atente contra la imagen de la bicicleta, cuando realmente ha formado parte de las estampas sevillanas, mucho antes de que estuviesen los coches, que ennegrecen casas y monumentos. ¿Habéis visto cuán negras están las paredes de la Casa Pilatos y todas aquellas por dónde pasan los coches y motos? Pues eso no parece preocupar al sentimiento estético de nuestros políticos.
Ciertamente, una bicicleta no atenta contra el contexto histórico de nuestra ciudad. A no ser, claro está, que SEVICI empiece a tunearlas con publicidad y otros reclamos llamativos.
Hay que ver la de insomnes que está produciendo esto de la bicicleta. Todo el día pensando en lo mismo y después por la noche con terrores nocturnos...
Si don Antonio Burgos o cualquier otro sevillanísimo hubiese tenido la magnífica idea de promocionar la bici en esta ciudad estarían aplaudiendo con las orejas.
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