Sucedió en el carril-bici (IV)


Sucedió en el carril-bici (IV)
Miguel Rodríguez-Piñero Royo


En el carril bici hay ladrones de bicicletas que no tienen nada de romántico. Cierto es que las roban por necesidad, pero igualmente cierto es que te hacen la puñeta de mala manera. Al que le toca y al que no, porque estoy convencido de que la bicicleta no termina de despegar por el miedo a los robos; también esto explica en parte el éxito del alquiler.

Yo tengo dos bicis, la estupendísima para el fin de semana y la chatarra para el diario; así he conseguido que nunca me roben, pero ya me gustaría poder ir a todas partes con la flamante, y lucirla un poco. A los ladrones se les reconoce por la variedad de vehículos de los que hacen gala, cada media hora uno diferente. Ves un tipo mal vestido con una bici carísima, demasiado grande para él, de la que parece que se va a caer, y sabes que la posesión de este bien mueble nunca equivaldrá a su título.

Llevan una mochila con los avíos del oficio, que ya me dirán para que sirven unas cizallas en Sevilla. Los ladrones de mi barrio están organizados, tienen un local al que traen sus robos; los vemos pasar y hacemos apuestas sobre cuánto tardarán en volver con otra.

La policía va de vez en cuando y recupera alguna, aunque a ellos nunca les pase nada. Dicen que lo suyo es un taller, que arreglan bicicletas para ganarse la vida; lo malo es que a todas les pasa lo mismo, que se les ha roto la cadena; la de atarla, no la otra. Siguen con el negocio, y mi barrio sin bicicletas.

Catedrático de Derecho del Trabajo
miguelrpr@ono.com

El Correo


Más razón que un santo.
Cierto es que muchos ciclistas vamos con el temor del robo de la bicicleta que está a la vuelta de la esquina y cuando menos nos lo esperemos.

Cuando voy al centro a atar mi bicicleta en Plaza Nueva observo que la mayoría de las bicicletas de mi alrededor están atadas con 2 o más candados, debido a la inseguridad de sus dueños, que no es para menos.

Para evitar los robos lo mejor es comprarse unos buenos candados, si es de tipo U mejor ya que actualmente se habla muy bien de ellos y de lo resistentes que son.

También les animo a registrar su bicicleta en la Gerencia de Urbanismo, concretamente en la Oficina de la Bicicleta. No es obligatorio instalarle el tornillo como algunos piensan, pueden registrarla sin más y en unos días les llegará a sus casas un carnet con los datos y algunas cosas más.

Sin más, espero que nunca tengan que denunciar el robo de su bicicleta.

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