El "pregón" bicicletero de Burgos

La «tradicional» huelga de Tussam

La «tradicional» huelga de Tussam

ABC

Me encanta lo de Tussam. Esto sí que es fomentar el mayor esplendor y gloria de las tradiciones de Sevilla. Ole, ole y ole. ¿Que hay huelga de autobuses en vísperas de la Semana Santa, en el día señalaíto del Viernes de Dolores, cuyo horario e itinerario de devociones ni siquiera tengo que recordar, porque todo el mundo se lo sabe de memoria? Pues no hay el menor problema, señores, piensan los de Tussam: decimos que esto es la «tradicional» huelga de autobuses en Semana Santa, y listo, como luego vendrá la «tradicional» huelga de autobuses en Feria y al Rocío porque se va más bien en el Damas de la parte de Huelva, que, si no, también teníamos la «tradicional» huelga de autobuses en el Rocío.
Vamos, como que si yo estuviera en el jurado de los premios Demófilo a las artesanías, tradiciones y ritos de la Semana Santa, proponía que este año le dieran su pedazo de premio a Tussam. ¿Por qué? ¿Por qué va a ser? Por su «tradicional» huelga de autobuses. Es que estoy viendo ese patio de San Alberto en la Cuaresma del año que viene, con esa banda tocando gloria bendita, con esos oradores exaltando todo lo que haya que exaltar, y el secretario del jurado dando lectura al acta:
—Premio Demófilo a la continuidad en la mejor tarea efímera: a la «tradicional» huelga de autobuses provocada por Tussam...
Y esos aplausos del auditorio, y ese gerente de Tussam acudiendo a recoger el premio y pronunciando sus palabritas:
—Nosotros hubiéramos querido que la tradición hubiera sido mejor cuidada incluso por nuestra parte, que hubiéramos tenido una huelga buenecita de autobuses, por lo menos desde el Domingo de Ramos al Miércoles Santo, pero, ¿qué se le va a hacer? Gracias a nuestra incompetencia nada más que lo hemos conseguido el Viernes de Dolores, una fecha muy tradicional para nosotros, que es cuando, además, empieza el Plan de Tráfico especial por el centro y allí no entran ni las bicicletas.
Bicicletas que son para el verano, como bien decía Fernando Fernán Gómez, y no para la Semana Santa. Así que venga gastarnos millonadas en el carril bici, y cuando llega la hora de la verdad, que es cuando está la primera cruz de guía en La Campana, resulta que las bicicletas no pueden entrar al centro. ¿Y esto es innovación, y esto es modernidad, y esto es progreso? O sea, que vamos a tenernos que conformar con los carritos de los niños chicos en las bullas. ¡Y ni una sola bicicleta en una bulla! A esto no hay derecho. Si lo «tradicional» es que estén las bicicletas campando por sus respetos por la Avenida, que si te descuidas te pilla una, ¿cómo vas a ir ahora por la calle y no te vas a encontrar ni una sola bicicleta? Es que estoy oyendo a la gente el Domingo de Ramos por la mañana, con las cintitas y las pegatinas en la solapa, las ramitas de olivo y la ilusión del estreno, diciendo:
—¡Qué bonita es esta mañana del Domingo de Ramos!
—Sí, pero sin bicicletas el Domingo de Ramos ya no es lo que era. Parece que le falta algo... ¡Lo de menos que voy a echar esta tarde las bicicletas cuando la Amargura venga por la Alameda! Porque a usted se le puede contar, que usted entiende de estas cosas, y sabe, y tiene paladar. Yo a la Alameda no voy a ver La Amargura, eso es un pretexto. Yo voy a ver esas bicicletas, cómo se callan de golpe todos los timbres cuando aparece ese palio majestuoso.
—No me siga usted contando nada, que mire cómo se me están poniendo los vellos, ¡como escarpias!
—¿Y cuando viene esa Estrella por el puente, llega el paso del Cristo de las Penas a Reyes Católicos y empiezan a andar esas bicicletas de costero a costero y de sillín a manillar? ¿Pero cómo vamos a perdernos eso el Domingo de Ramos, Dios mío de mi alma? Tiene usted razón: no hay derecho.
Hay que resignarse. Y compensemos la ausencia de las «tradicionales» bicicletas del Domingo de Ramos por Tetuán y por Méndez Núñez con la presencia de la «tradicional» huelga de autobuses del Viernes de Dolores, ¿Será por tradiciones?


No podía faltar, hacía mucho tiempo que este individuo no lanzaba uno de sus dardos hacia la bicicleta.
Aprovechando que en el pregón no pudo decirlo, lo ha hecho en su sección.
Antonio, Antoñito....¿pretendes hacer gracia con tu texto irónico? ¿Crees que has conseguido algo con ello?

Que pena me da Sr Burgos, ¿cómo puede vivir usted en la Sevilla del pasado? ¿No se aburre de decir siempre lo mismo?

Seguiremos informando

2 comentario/s. Deja el tuyo:

José Luis Ruiz Reina dijo...

El artículo es una pamplina, como muchas otras. Yo creo que le das demasiada importancia al personaje comentando todas y cadas una de las paridas que dice sobre las bicicletas. Mejor ignorarlo, hasta el día que haga una crítica más consistente.

Anónimo dijo...

Es un estómago agradecido, escribe en el ABC que apuesta por el caballo "PP", por lo que todo lo que haga el otro caballo "PSOE" está mal hecho (ese es el "encanto" de la democracia, de esta feria del voto en la que nos creemos capaces de saber quien vale o quien no vale para la macroeconomía, educación, etc. etc. etc. Al menos yo reconozco mi ignorancia y me abstengo de votar, esperando que algún día,se llegue a ser gobernante de un pais por un procedimiento más racional y sensato. Mientras tanto, este y todos los periodistas escribirán lo que les dicte la voz de su amo.